La pendiente (derivada) en cada punto de una función genera una nueva función (función derivada) que representa el crecimiento, constancia o decrecimiento de la función primitiva.
Esta función derivada se puede volver a derivar, es decir, podemos crear una nueva función que represente cómo crece o decrece esta función derivada. Esta nueva función se conoce como segunda derivada.
Esto significa, respecto a la función primitiva, que la segunda derivada no mide su crecimiento (o decrecimiento) sino su ritmo de crecimiento (positivo si cada vez crece o decrece más y negativo si cada vez crece o decrece menos).
Veremos que según sea este ritmo de crecimiento, esto es, según sea positiva o negativa la segunda derivada, la gráfica de la función primitiva se curvará en un sentido u en otro (convexidad positiva, convexidad negativa).
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