Sabiendo la velocidad con que viaja la onda y el tiempo que tardamos en oír el eco, podemos fácilmente calcular a qué distancia está de nosotros. Con alguna técnica un poco más complicada también se puede calcular el ángulo con el que nos llega la onda rebotada.
La onda emitida puede ser sonora (como en el caso del sonar que emplean barcos y submarinos) o electromagnética (como en el caso de los radares).
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