Para representar ciertas curvas, como las espirales o la concoide de rosetón, las coordenadas cartesianas que utilizamos habitualmente no resultan adecuadas. En su lugar se utilizan las coordenadas polares, en las cuales un punto cualquiera P queda determinado por su distancia r al origen O y por el ángulo t girado con respecto a la horizontal:

De este modo, la ecuación en coordenadas polares de una curva es de la forma r=f(t), una fórmula matemática que expresa la distancia al origen en función del ángulo de giro. En concreto la ecuación de la concoide de rosetón es:

 

r=r0 [1+a cos(n·t+t0)]

 

donde r representa la distancia al origen, t el ángulo girado y r0, a, n y t0  son parámetros que caracterizan a la curva. En esta aplicación vamos a ver de qué modo varía la forma y el tamaño de la curva cuando cambiamos dichos parámetros.