En esta actividad podrás comprobar cómo con la simple observación directa, sin sofisticados instrumentos, Aristarco consiguió medir el tamaño aparente de la Luna y Sol en el cielo, es decir, determinar el valor del ángulo con el que los vemos.
El esquema que aparece en la aplicación muestra el escenario desde un punto de vista situado en la vertical del polo Norte solar. Tanto la Tierra como la Luna orbitan con movimiento directo, es decir, en sentido antihorario desde ese punto de vista. Para simplificar, el Sol se mantiene fijo y la Tierra no gira sobre su eje, ya que el movimiento del Sol y la rotación de la Tierra no intervienen en nuestros cálculos.
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