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  El arco iris es sin duda uno de los fenómenos 
más bellos de la naturaleza. Aparece cuando las gotas de agua reflejan la luz 
que se encuentra detrás de nosotros (normalmente, la luz del sol). Las gotas pueden 
ser de lluvia, producidas en una catarata, formadas en la cresta de una ola, 
diseminadas en el chorro arqueado procedente de una manguera, etc.  
   
 Las gotas de lluvia son prácticamente esféricas. Si 
      estás acostumbrado a verlas representadas con forma de lágrima es porque 
      esta forma ayuda a los ilustradores a dar al dibujo sensación de 
      movimiento, pero en realidad son esferas casi perfectas. Se debe a que, al 
      ir cayendo, la tensión superficial las hace adoptar la forma con menor 
      superficie (correspondiente al estado de mínima energía), la esfera.  
   
    De hecho, esta "redondez" ha sido aprovechada durante mucho tiempo como 
      método de fabricación de perdigones. Se hacían dejando caer plomo fundido, 
      desde gran altura, sobre un depósito de agua. En este caso, al ser la 
      tensión superficial del plomo mucho mayor que la del agua, se forman 
      esferas incluso más perfectas. 
      
    La forma del arco iris es, en sí misma, una demostración de la esfericidad 
      de las gotas de lluvia. Cualquier pequeña desviación de la esfera perfecta 
      provocaría ligeros cambios en la forma del arco iris. Si la diferencia 
      fuera considerable, el arco iris dejaría de formarse.   |