Es un juego para dos jugadores. Un jugador con dos fichas azules y otro con dos fichas rojas que, como puedes ver, inicialmente están situadas en los extremos de un tablero formado por dos filas iguales de casillas cuadradas.

Para jugar, cada jugador mueve en su turno una de sus dos fichas, hacia adelante o hacia atrás, a lo largo de la fila en que está la ficha. Puede moverla uno o varios cuadros a la vez, pero nunca puede rebasar la posición de la ficha del contrario, ni cambiar de fila.

Gana la partida el jugador que consigue inmovilizar las dos fichas del contrario, es decir, que este no puede mover ninguna de sus dos fichas cuando le toca jugar.

Ganar en este juego no es una cuestión de suerte, sino de estrategia. Uno de los dos jugadores siempre puede ganar si hace la jugada correcta: solo hay una jugada ganadora en cada movimiento y depende de qué haya hecho el jugador contrario en la jugada anterior. Descubrir la estrategia ganadora es ahora nuestro objetivo.

Preguntas

1. Jugad algunas partidas para familiarizaros con el juego. Antes de cada jugada decidid quien es el que empieza la partida.

2. Ahora vamos a seguir jugando, pero fijándonos un poco más en lo que hacemos. El objetivo de ambos jugadores es descubrir la estrategia ganadora. Y tened en cuenta que en un juego de estrategia ganadora no hay tablas: si entráis en una situación en la que una y otra vez se repiten las mismas jugadas es que uno de los dos jugadores no está haciendo la jugada correcta para ganar la partida.

3. Vamos a sacar algunas conclusiones: ¿qué relación tiene el ser el primero en mover ficha con el hecho de ganar o no la partida? ¿Si el jugador anterior ha adelantado una de sus fichas, ¿qué he de hacer yo en mi turno? ¿Y si lo que ha hecho es moverla hacia atrás?

4. Cambiad ahora al tablero de 8 casillas, utilizando el deslizador de la parte inferior de la ventana. ¿Cambia la estrategia ganadora? Comprobadlo jugando algunas partidas.